Durante el verano de 1791, el ultimo de su vida, Mozart trabajó afanosamente en «La flauta mágica», «La clemenza di Tito», y la «Misa Requiem». A pesar de eso, interrumpió su trabajo para escribir una delicada pero vibrante cantata inspirada en los ideales de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa. Se trata de su pieza; “Vosotros los que honráis al Creador del Universo” «Die ihr des unermesslichen Weltalls» ( K. 619) dedicada a la juventud alemana.
Una de sus últimas obras, concluida el 15 de noviembre de 1791, es decir, tres semanas antes de morir, y estrenada en su Logia el 18 del mismo mes fue la cantata titulada “Elogio a nuestra alegría” «Laut verkündet unsre Freud» (K. 623) en la que reafirmaba su fe en el programa fraternal y universal de la masonería. Su letra dice así:
Elogio de nuestra alegría
Cantemos la dulce armonía
nuestro gozo en alta voz
y un eco sea en cada pecho
de fraternidad y amor.
Consagrado este lugar
debe aquí la paz reinar
todos juntos nuestra grey
impondrá siempre la ley.
Cantemos la dulce armonía
nuestro gozo en alta voz
y un eco sea en cada pecho
de fraternidad y amor.
De tan noble igualdad
de tan grata libertad. :
Significativamente, este texto fue asumido en 1946 para acompañar al himno oficial de la República de Austria.
Esta y otras piezas suelen ejecutarse en diversos momentos del ritual masónico (circulación del saco de proposiciones y del tronco de beneficencia, etc.).
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