miércoles, 30 de diciembre de 2015

LA MARCHA DEL APRENDIZ

Como bien ya sabemos, al momento de ingresar a nuestros trabajos logiales,  lo hacemos con esta marcha la que nos recuerda en cada paso que damos: el nacimiento, la vida y la muerte, es decir, los tres períodos o etapas de la vida del hombre en su acepción simbólica primigenia.

Pero viene a ser también este acto “de orden” el accionar que tenemos los iniciados para conseguir, con estos tres pasos, conocer y recorrer el primer camino hacia la luz de la verdad, del entendimiento universal, del conocimiento de nosotros mismos, es decir recorremos simbólicamente con estos pasos nuestra propia existencia y vemos con la esperanza que, en el tercero, podamos descubrir la Luz creadora del universo.

No obstante, esta marcha que se da, no se realiza de forma  casual, sino en una posición perfecta y justa de nuestro propio cuerpo, realizando tres escuadras que se repiten en cada centro energético de nuestro propio cuerpo, adelantando en cada paso con un ritmo y vibración especial, dirigiéndonos hacia el oriente; es por ello con esta relación simbólica la que nos da un claro ejemplo de lo que el iniciado puede  lograr: “El despertar de la Conciencia”, el despertar de su propio sueño, de una propia ilusión que afecta a nuestros sentidos en cada paso que da, es decir, simbólicamente se abren en cada paso las puertas o portales que  en gradaciones o  etapas de su existencia lo afectan  hasta alcanzar su sublime perfección , que viene a ser la del propio magisterio.

Esta marcha es pues fundamental en nuestra tradición y merece que el iniciado investigue y penetre en este símbolo el cual deberá comprender y entender en su propia vida, no sólo teniendo este símbolo, sino utilizándolo para descubrir en algún momento su propia existencia los tiempos y etapas por el cual nos desarrollamos dentro del propio universo siendo no sólo agentes pasivos en el universo sino transformándolo constantemente de manera racional y consciente.
V:.A:.H:.
Víctor Hugo Valdez Vásquez 

viernes, 26 de junio de 2015

El Solsticio y la Masoneria (I)

Compilación por el Q:.H:. Víctor Hugo Valdez Vásquez

Las culturas antiguas tenían particular respeto y dedicación a la astronomía y de manera especial al Sol, a cuyo estudio y ofrenda dedicaron gran cantidad de sus templos. Por ello se les daba a los solsticios especial atención, puesto que son precisamente los momentos del año cuando el sol llega a sus puntos más lejanos de oscilación entre el Sur y el Norte, en junio (Cáncer) y diciembre (Capricornio) ; es decir, en el momento que en el Astro Rey tiene su máxima declinación meridional (al sur) o septentrional (al norte), aparentando detenerse (de ahí el termino latino Sol – Stitium) para iniciar su camino pendular de regreso hacia el otro extremo.

Desde las épocas más remotas y prácticamente en todas las civilizaciones se han festejado las fechas en que se presentan los solsticios: en Roma, se dedicaban al Dios JANO, representativo del Sol, quien presidía los comienzos, las iniciaciones (en latín INITIUM, INITIARE) y en particular el ingreso del Sol en los dos hemisferios celestes.
El mito de Jano aparece en las tradiciones gnóstica e iniciática de la más remota antigüedad, erigiéndose en uno de los símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada. Para entender la trascendencia de la adopción de este mito en la Francmasonería, hay que tener presente que el mito solar, modelo a escala de la magna dinámica del Logos en el Universo, es uno alrededor de los cuales gira integralmente la estructura simbólica masónica.
En cuanto a la recurrencia de la tradición juanítica primitiva con el esoterismo cristiano, cabe señalar una estrecha relación, manifiesta en no pocos textos bíblicos, entre Jesús, nacido en el
solsticio de invierno y Juan Bautista, celebrado en el solsticio de Verano, relación disuelta por razones teológicas muchos siglos después del inicio de la era cristiana, transponiendo esta relación de Jesús con Juan Bautista a Juan Evangelista.
El cristianismo, conocido receptáculo de las doctrinas anteriores a ella, adaptó la tradición Juanítica primitiva y la asimiló a la mitología Crística, ocupando un lugar preponderante al anular las fiestas “del asno” en verano y las “saturnales” de invierno para cambiarlas por las fiestas de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, respectivamente. En la Edad Media el ya entonces San Juan de los cristianos fue adoptado como “santo patrón” de los Collegia abrorum de artesanos y luego de los constructores, masones operativos, de donde pasó a la masonería especulativa desde su mismo surgimiento, a principios del Siglo XVIII.
Desde entonces y hasta la fecha, la Francmasonería asimiló a Janus dentro de su estructura simbólica y celebra en su honor las fiestas de Solsticiales, que como marcan algunos ceremoniales alusivos. Aquí nos sale al paso una pregunta: ¿Por qué dicen pertenecer a una Logia de San Juan?.
Desde el punto de vista Histórico, según una acreditada versión a la que hacen referencia varios autores masónicos, la utilización material del término “Logia de San Juan” dentro de la Mas:. se remonta al tiempo de las Cruzadas, cuando algunos caballeros masones se unieron a sus similares de la Orden de San Juan de Jerusalén, mejor conocidos como Templarios, por lo que en un gesto de solidaridad con los principios de estos últimos, fue aceptado por los primeros. Se cuenta que de ahí en adelante todas las logias se llamaron “Logias de San Juan”. Tal vez en forma sincrónica San Juan fue también tomado como patrono por parte de las corporaciones que ya señalamos.

No obstante esta explicación, que pudiera ser satisfactoria y suficiente a los ojos profanos, deja en los practicantes del Arte Real un hueco que requiere ser llenado al abrevar unas cuantas gotas del vasto manantial de la ciencia sagrada tradicional. He aquí algunos hallazgos:
El nombre JANUS o JANO tiene un parecido muy singular con el de JUAN y no es por casualidad que éste fue puesto por la tradición judeocristiana en el exacto lugar de aquel.
Filológicamente el nombre JUAN, en Hebreo Johan, en Griego Joánes, en Persa Jehan, en Salio Jánes, en Francés Jean, en Inglés John, en Alemán Johann, tiene por radical la voz semítica JAN.
También tiene una estrecha relación con el dios GANESHA, el “señor de las dos vías” de la tradición hindú.

Ahora bien, si tomamos el nombre hebreo JEHOHANNAN, resulta que su traducción es “Agraciado o favorecido de Dios”, es decir, iluminado, iniciado. Por lo tanto el hecho de reconocerse como hermano o discípulo de Juan dentro de nuestra organización es de lo más correcto, dado nuestro carácter iniciático y tendiente al perfeccionamiento.

martes, 5 de mayo de 2015

AMOR A LA HUMANIDAD

En cada paso que damos al ingresar a nuestros Ttrab:. Y en nuestros saludos hay uno muy especial que llama siempre mi atención por el concepto que en el mismo se recalca: “amor a la humanidad”.
Me preguntaba si sería posible, para alguien de a pie poder alcanzar este ideal, este sueño que siempre se nos escapa;  en sí a medida que pasa el tiempo y ganamos más experiencia envejeciendo, vemos cada vez más muerte, destrucción y desolación causada por el propio hombre en contra de sus mismos semejantes por pugnas de poder en todas sus aristas: económicas, religiosas, culturales, nacionalistas, etc. Muy al margen de los pequeños judas que se nos cruzan por la vida enseñándonos siempre a estar alertas y vigilantes ante cada paso que damos, con todo esto, y los distintos traspiés ¿podemos hablar de amor a la humanidad? ¿qué es la humanidad? ¿qué es el hombre?; ¿hay alguna diferencia entre ser hombre y un SER HUMANO?
En si Los conceptos de hombre, humanidad y persona ya han sido abordados por filósofos de distintas épocas y aún siguen suscitando interés en poder encontrar una respuesta ante estas interrogantes:
“Boecio (480-524) que, al inicio de a edad media, definió la persona humana como sustancia individual de naturaleza racional. Pero debemos a Inmanuel Kant (siglo XVIII) el sentido filosófico moderno del término "persona". Para Kant, la persona humana es un agente racional y moral, tal como escribe en su "Fundamentación de la metafísica de las costumbres" (1785). Si Boecio destacaba la naturaleza racional e individual de la persona, Kant subraya su capacidad moral y, por ende, su autonomía. Y la autonomía de un ser racional y moral es el fundamento de su dignidad. La dignidad es el valor que tiene toda persona por el solo hecho de ser persona. Esto hace que el valor de toda persona sea absoluto, esto es, un valor en sí mismo. Según Kant, la categoría de persona convierte al ser humano en un fin en sí mismo, es decir, en alguien que no puede ser usado como medio para obtener otro fin, y que, por lo tanto, merece todo respeto y reconocimiento.”  http://www.acfilosofia.org/materialesmn/filosofia-y-ciudadania-3013/el-ser-humano-persona-y-sociedad/182-ser-humano-y-persona#sthash.z7IeRlRy.dpuf
A mi modesto parecer y a la luz de nuestros principios, el concepto de hombre equivaldría al primer nivel biológico de nuestra especie, un hombre aún no determina su conducta ni es hacedor de su propio destino, sus pasiones lo ciegan y por ello puede llegar a involucionar; pero dentro de él siempre  está la llama de Luz de su natural HUMANIDAD,  de esa humanidad fecunda, de esa humanidad que nos acerca al todo y nos vuelve parte de uno solo.
En sí, el hecho de poder considerarnos SERES HUMANOS sería también la labor de abrirnos paso al despertar de la CONCIENCIA.
Ahora bien, al momento de interiorizarnos con el saludo “Amor a la humanidad”, no sólo estamos reconociendo la dignidad de cada persona sino esencialmente el hecho de sabernos parte de esta humanidad, de esta fraternidad, de este amor entre los hombre comulgado intrínsecamente con nuestro Padre,  hacedor, pensamiento universal principio supremo o G:.A:.D:.U:.
Ya varios avatares que nos sucedieron en distintas épocas nos habían hablado y enseñado esto: el amor a nuestro prójimo, el amor a la humanidad. Y no solamente se quedó en palabras, si no, se reafirmó con los grandes sacrificios que hicieron, hasta dar su propia vida con el fin de enseñarnos LA VERDAD.

Es cierto que en la naturaleza del hombre existen defectos y virtudes y ,lamentablemente, los defectos transgresores con la propia existencia son los que hacen más daño, inclusive llegando a la destrucción de el mismo en contra de sus semejantes – VIBRACIÓN- ; pero también es cierto que el propio hombre es capaz de amar, es capaz de pulir constantemente su  para obtener su propio camino de Luz, de perfeccionamiento en este mundo, en este viaje tan largo y corto a la vez, esto hermano mío,  forma parte de nuestro Trab:.

viernes, 17 de abril de 2015

La Logia y el G:.A:.D:.U:.

Dentro de todas las corrientes iniciáticas y las vertientes religiosas hay siempre una gran interrogante en un primer momento, si D-os es único o existen varios Dioses.
Ya en el antiguo Egipto se veían las representaciones de varias Deidades y sus cultos que los antiguos profesaban, como también lo hacían en la India, China y hasta en el antiguo Perú, esto sin embargo, se fundamentaba en un primer momento en que las grandes masas pudieran concebir la idea de la representación divina más fácilmente, el hecho de señalar cultos a varios Dioses hacía que las gentes pudieran vibrar nuevamente en oración o festividad a fin de renovar el pacto con sus Dioses para así tener una suerte de grandes cosechas, dicha y prosperidad y Vibrar al unísono dentro de la propia creación
Pero estas representaciones de las deidades iban más allá, sólo suponían el principio de un mundo invisible en el que solamente los verdaderos iniciados podían develar sus secretos y misterios.
En Egipto, así como en otras culturas matrices la salvación del alma humana estaba ligada a una salvación colectiva, es decir para todo el pueblo en conjunto, los faraones eran enterrados con sus súbditos a fin de poder abrirse camino en el mundo invisible de los muertos, ejemplos de ello lo tenemos en varias culturas muy antiguas que nos dan vestigios de este pensamiento, Así la característica principal, lejos de una visión politeísta, era que la Deidad poseía diversas características propias de su divinidad, por un lado el hecho de crear, por otro el de destruir, el hecho de brindar conocimiento, etc. Esto era visto como diversas cualidades de una sola personalidad y llegaba a las masas como una suerte de historias por cada una de estas cualidades las cuales hasta el día de hoy asociamos con la mitología egipcia, griega y también por nuestra parte, la Inca.
Las diversas cualidades divinas del único D-os eran pues tomadas en varios fragmentos y piezas de las cuales para poder entender humanamente posible a toda la creación universal, los antiguos maestros utilizaron simbologías para poder adentrarnos un poco más a las leyes que gobiernan nuestro universo y ser parte de la Gran Creación Cósmica, no nos olvidemos que somos simples mortales que en estos instantes que leemos estas líneas,  estamos encima de la tierra girando alrededor del Sol y este a su Vez alrededor de la Galaxia.
Ahora bien, nuestros símbolos y alegorías llegan a este punto en el que nos damos cuenta que las distintas cualidades forman parte de un mismo pensamiento, esto lo empleamos de manera práctica y vemos cómo es que se desarrolla de manera tangible, este único desarrollo forma parte de la vida de un todo y acá es donde se manifiestan nuestros trabajos logiales.
Cada dignidad y oficial tiene un rol que cumplir una cualidad al que deberá poner estricta observancia, es decir en nuestros trabajos vemos la manera por la cual se representan las estaciones cósmicas, no olvidemos las dimensiones de una Logia, cada oficial deberá cumplir su trabajo y no el de otro, cada hermano sentado en un punto deberá pulir su piedra dentro de nuestros pensamientos y cada símbolo tangible deberá entrar en el mundo sublime de cada universo único en el cual estamos reunidos todos como hermanos. Esta es la verdadera magia de nuestra A:. y A:.O:. 
Y vos H:. mío, ya habéis ocupado vuestro puesto?

V:.A:.H:.

jueves, 8 de enero de 2015

Mozart: Música para la clausura de los trabajos

Como ya hemos indicado, con motivo de la creación de la logia la “La Nueva Esperanza coronada”, Mozart compuso dos piezas específicas. En dicha tenida se formalizó la designación del nuevo Venerable al que Mozart quiso agasajar con una partitura titulada “A Vos, nuestro nuevo Venerable” «Ihr unsre neuen Leiter» (K. 484) escrita por Augustin Veith Edler von Schittlersberg. Probablemente fue interpretada tras la clausura de los trabajos masónicos de aquella tenida, concretamente, para acompañar la salida del Venerable Maestro y su comitiva.


La letra dice así:

Solo

A vosotros, nuestros guías,

agradecemos vuestra lealtad.

Guiadnos por la senda de la virtud,

para que cada uno alegre la cadena

que le vincula a hombres mejores,

suavizándole el cáliz de la vida.



Coro a tres voces y órgano

Con nuestro santo juramento,

juramos también nosotros

colaborar, como vosotros,

en construir el gran Templo.



Solo

Volamos en alas de la verdad,

más alto, al trono de la verdad,

para conquistar su santuario,

mostrarnos dignos de su corona,

y siendo bondadosos ahuyentar

la envidia de los profanos. 

Finalmente, cabe mencionar que, conforme a los archivos de la Logia, Mozart compuso en 1785 dos cantatas masónicas que llevaban por titulo “El trabajo de la muerte” y “El trabajo de los maestros ha concluido” que, desgraciadamente, se han perdido.

Mozart: Música para la Cadena Unión

Una de las más bellas cantatas de Mozart es sin duda la que compuso para acompañar el rito masónico de la cadena de unión que se realiza antes de concluir los trabajos. La pieza fue terminada pocos días antes de morir y fue titulada “Entrelacemos nuestras manos” «Lasst uns mit geschlungnen Händen» (K. 623ª). La letra dice así:

          
Entrelacemos nuestras manos

Terminemos, hermanos, el trabajo

con las manos entrelazadas de júbilo,

y que esta cadena rodee

no sólo este santo lugar,

sino la Tierra entera.



Dejadnos cantar alegremente

dando las gracias al Creador

cuyo poder absoluto nos deleita.

Ved que los trabajos hayan concluido.

Y ojalá que hubiera concluido también

la labor que ordena nuestro corazón.

Mozart:Música masónica fúnebre

Mozart compuso una pieza de “Musica masónica fúnebre” «Maurerische Trauermusik» (K. 477). Fue interpretada por vez primera en tenida fúnebre en noviembre de 1785 en conmemoración de la muerte de dos masones; el Duque Georg August de Mecklenburg-Strelitz y el Conde Franz Esteráis von Galantha. Lo cierto es que, posteriormente, se ha empleado en la ceremonia del tercer grado de la masonería simbólica que desarrolla la leyenda del arquitecto del Templo de Salomón, Hiram, muerto por los tres malos compañeros y que resucita cuando se encuentra su cuerpo enterrado al pie de una acacia.

Mozart: Música masónica conmemorativa


Durante el verano de 1791, el ultimo de su vida, Mozart trabajó afanosamente en «La flauta mágica», «La clemenza di Tito», y la «Misa Requiem». A pesar de eso, interrumpió su trabajo para escribir una delicada pero vibrante cantata inspirada en los ideales de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa. Se trata de su pieza; “Vosotros los que honráis al Creador del Universo” «Die ihr des unermesslichen Weltalls» ( K. 619) dedicada a la juventud alemana.

Una de sus últimas obras, concluida el 15 de noviembre de 1791, es decir, tres semanas antes de morir, y estrenada en su Logia el 18 del mismo mes fue la cantata titulada “Elogio a nuestra alegría” «Laut verkündet unsre Freud» (K. 623) en la que reafirmaba su fe en el programa fraternal y universal de la masonería. Su letra dice así:



Elogio de nuestra alegría

Cantemos la dulce armonía

nuestro gozo en alta voz

y un eco sea en cada pecho

de fraternidad y amor.

Consagrado este lugar

debe aquí la paz reinar

todos juntos nuestra grey

impondrá siempre la ley.

Cantemos la dulce armonía

nuestro gozo en alta voz

y un eco sea en cada pecho

de fraternidad y amor.

De tan noble igualdad

de tan grata libertad. :


Significativamente, este texto fue asumido en 1946 para acompañar al himno oficial de la República de Austria.

Esta y otras piezas suelen ejecutarse en diversos momentos del ritual masónico (circulación del saco de proposiciones y del tronco de beneficencia, etc.).

Mozart: Música de pase al grado de compañero

El 26 de marzo de 1785 con motivo de la ceremonia del paso de su padre al grado de Compañero, Mozart puso música a un poema de Franz Joseph Von Ratschky, y tituló la pieza “Canción para el viaje del compañero; A ti que accedes al nuevo Grado” «Lied Zur Gesellenreise: Die ihr einem neuen Grade» (K. 468). Siguiendo la intención original de Mozart, desde entonces esta pieza suele ser ejecutada en el ceremonial masónico para dar la bienvenida al hermano que pasa al grado de compañero. Destaca por su tono dulce y nostálgico que evoca la melancolía del peregrino que ansía llegar a su añorado hogar:


Mozart: Música para la ceremonia de iniciación:

Se ha supuesto que la cantata “A ti, alma del universo, oh Sol” «Dir, Seele des Weltalls» (K 429) fue ejecutada primeramente con motivo de la iniciación masónica de Mozart.:



Concretamente, los primeros acordes del aria del tenor que invoca al sol y a la luz deberían sonar en el momento culminante cuando al recipiendario le es levantada la venda y recibe la luz simbólica. Pero como la partitura está datada meses antes de su iniciación, también se ha supuesto que esta pieza fue encargada a Mozart para ser interpretada en “tenida blanca” (es decir, en una reunión de masones abierta también a personas ajenas a la Orden), concretamente, en la celebración de la gran fiesta solsticial Masónica de San Juan de verano, día en que finaliza el año Masónico. Ambas hipótesis son compatibles si pensamos que inicialmente fue una obra encargada por la Logia a Mozart, con el fin de acompañar algún momento del rito de iniciación y que finalmente fue interpretada en su propia ceremonia de recepción masónica. Eso explicaría que luego Mozart añadiera una segunda parte titulada “Agradecimiento a los Hermanos” en la que expresaba sus mejores sentimientos hacia la logia que le había admitido en su seno. La letra de la cantata inicial dice así:

Coro

A ti, alma del universo, ¡oh, Sol!

dedicamos el primero de los cantos festivos.

¡Oh, Poderoso, Poderoso! sin ti no vivimos.

De ti viene la fertilidad, el calor y la luz.

 Tenor

Te agradecemos la alegría

de poder volver a ver la Tierra en primavera…

Parece que la profunda impresión que le dejó su ceremonia de iniciación le inspiró el primer movimiento de su cuarteto (K. 465) llamado Las disonancias, que simbolizan los desvaríos del profano en busca de la luz, mientrasque el franco allegro en Do Mayor que les sigue son la seguridad de la revelación.

Dos meses antes de ser exaltado al grado de Maestro, asistió en febrero de 1785, a la iniciación de su amigo Franz Joseph Haydn que ingresaba en la Logia vienesa «La Verdadera Concordia». En recuerdo de esa circunstancia tan singular, Mozart dedicó a Haydn «Los Seis Cuartetos de Cuerda» (K. 168 – K. 173). Aunque compuesta esta obra antes de su ingreso en la masonería, posteriormente Mozart aprovechó ésta y otras de sus piezas musicales para darles un sentido masónico bien dotándolas de una letra adecuada o destinándolas a acompañar algún momento del servicio masónico.


Mozart: Musica para entrada en el taller y apertura de trabajos

En 1785, el Emperador José II ordenó que las ocho logias de Viena se fundieran en tres de mayores proporciones. De esta manera, la logia de los Mozart se unió con la “La Esperanza coronada” «Gekröntte Hoffnung» y formaron la “La Nueva Esperanza coronada” «Neugekrönte Hoffnung». Para celebrar la primera reunión de la nueva logia Mozart compuso dos piezas. Una de ellas estaba destinada para ser interpretada en el solemne momento de la entrada de la comitiva en el Templo. Lleva por título: “Elevad vuestras voces, amados hermanos” «Zerfliesset heut, geliebte Brüder» (K 483) y por tal motivo, suele interpretarse en ese momento preciso del ritual masónico.