La Caridad del latin caritas. caritoris. en su sentido mas amplio se considera como una de las Virtudes Teologales que consiste en amar a Dios y al prójimo, es el sentimiento y actitud que impulsa a interesarse por los demás, a solidarizarse con sus problemas y necesidades, a ayudar al prójimo. Puede también interpretarse bajo un sentido no menos estricto como la limosna, el auxilio o consuelo que se concede a quien lo necesita.
Llegamos entonces que la caridad no es sino o por tanto parte del amor en si mismo, amor que impulsa a sentir compasión por las demás personas, compasi6n que impulsa el amor hacia los demás.
“Si, hablando lenguas de hombres y de ángeles, no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que refine, Y si, teniendo el don de profecía y conociendo todos los misterios y toda la ciencia, y tanta fe que trasladase a los montes, si no tengo caridad no soy nada”.
1 Corintios, XIII; 1,2.
No debemos caer en el error demasiado común que la caridad es únicamente el sentimiento de conmiseración que nos conduce a auxiliar al necesitado con donativos pecuniarios. La aplicación de sus principios Masónicos y cristianos. es mas noble y mas extensa. La palabra explicada por el apóstol es netamente significativa del amor, palabra que denota el estado benigno del espíritu que purifica en los seres copiosa benevolencia y afectuosa consideración hacia los demás.
Como virtud fundamental de una convivencia social, humana y fraternal, es pues, una virtud íntimamente ligada y entrelazada con la edificación completa de la institución, cuya practica es necesidad corolario de todos sus principios. Desde el principio de la iniciación de un candidato, se demuestra en todo su esplendor, en cada paso que este da hacia el camino de las tres luces, despojándose de sus ropas y sus metales que lo acompañan en su vida profana y presentándose nuevamente, ante un nuevo nacimiento como hombre blanco, esperando el amor de sus hermanos.
El M:.M:. Pike en su obra el “Masón Leal” nos dice:
” (…) el hermano debe ser y debe estar contento con si mismo y esto solo puede ser cuando se interesa no solo por si mismo, sino por el bien de los demás que necesitan de su ayuda, los cuales tienen derecho a recibir (…)”.
Y este mismo escrito elocuentemente establece esta regla para el acto de caridad de un Masón: Ayudad sin ir en busca de nada, sin consideración de futuras ventajas, pues de lo contrario tu caridad o cortesía no es caridad, sino, trafico y mercantilismo.

V:.A:.H:.
Víctor Hugo Valdez Vásquez
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