Como bien ya sabemos, al momento de ingresar a
nuestros trabajos logiales, lo hacemos
con esta marcha la que nos recuerda en cada paso que damos: el nacimiento, la
vida y la muerte, es decir, los tres períodos o etapas de la vida del hombre en
su acepción simbólica primigenia.
Pero viene a ser también este acto “de orden” el
accionar que tenemos los iniciados para conseguir, con estos tres pasos,
conocer y recorrer el primer camino hacia la luz de la verdad, del
entendimiento universal, del conocimiento de nosotros mismos, es decir
recorremos simbólicamente con estos pasos nuestra propia existencia y vemos con
la esperanza que, en el tercero, podamos descubrir la Luz creadora del
universo.

Esta marcha es pues fundamental en nuestra tradición
y merece que el iniciado investigue y penetre en este símbolo el cual deberá
comprender y entender en su propia vida, no sólo teniendo este símbolo, sino
utilizándolo para descubrir en algún momento su propia existencia los tiempos y
etapas por el cual nos desarrollamos dentro del propio universo siendo no sólo
agentes pasivos en el universo sino transformándolo constantemente de manera
racional y consciente.
V:.A:.H:.
Víctor Hugo Valdez Vásquez